En este blog les voy a contar un poco sobre el origen de la toxina botulinica. Conocido como “Botox” que todos conocemos y que nos ayuda con las arrugas que nos molestan.
Es una sustancia producida por la bacteria Clostridium Botulinum, fue descubierta por el Dr. Emile Van Ermengem, un médico Belga en el año 1897.
En medicina estética que es nuestro campo se utiliza para tratar arrugas, líneas de expresión, bruxismo, migrañas, hiperhidrosis, entre otras afecciones.
En el mercado existen varios tipos de toxina o varias marcas, dentro de las más reconocidas están: Xeomin Botox Dysport En la clínica contamos con los tres tipos de toxinas.
Es importante destacar que debe ser usada por profesionales médicos capacitados ya que su mal uso puede generar efectos adversos. Enfocandonos en el área de medicina estética, ¿en qué zonas del rostro se puede aplicar?
Se puede usar para tratar áreas cosmeticamente sensibles de la cara para mejorar la apariencia de arrugas dinámicas causadas por la contracción muscular.
Las áreas más frecuentes a tratar son frente, entrecejo, las famosas “patitas de gallo” que son las arruguitas que se forman alrededor de los ojos, también podemos tratar sonrisa gingival, bruxismo (músculo masetero), apariciencia de “boca triste” (en el DAO), o incluso para elevar la punta nasal.
La toxina botulinica tiene una duración entre 3 y 6 meses, esto va a variar de paciente a paciente ya que influyen algunos factores por ejemplo si hay mayor expresión facial, si hacen ejercicio de alto impacto o con mucha frecuencia, o si se realizan alguna terapia con láser en las zonas donde hubo aplicación, entre otros factores.
Y como siempre me gusta recalcar la importancia de una cita de valoración previa ya que nos permite como médicos evaluar tu condición específica y determinar si eres un candidato adecuado para el tratamiento con toxina botulínica. Durante la cita, analizaremos tu piel y hablaremos contigo los resultados que deseas lograr. ¡Te esperamos!